Monseñor Bernardito Cleopas, Nuncio de Su Santidad el Papa: “Desde la cruz, el Cristo de La Laguna ilumina la vida de los hombres”

La Catedral de La Laguna acogió este jueves 14 de septiembre, la celebración del día grande en honor al Santísimo Cristo lagunero.

La jornada de este día en que la Iglesia celebra la Exaltación de la Santa Cruz, se inició a las 10:00 horas, con la procesión cívico militar, con el pendón real, desde las casas consistoriales hasta el principal templo de la diócesis.

A las 10:45 h., en la plaza de la Catedral, tuvo lugar el recibimiento del alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, que este año ostentó la representación oficial de Su Majestad, Felipe VI. Posteriormente, en la puerta del templo catedralicio, Gutiérrez fue recibido por el obispo Nivariense, Bernardo Álvarez. Seguidamente, se inició la solemne celebración de la Eucaristía.

Este año, la predicación en este día grande del Cristo, corrió a cargo del Nuncio Apostólico de Su Santidad el Papa, monseñor Bernardito Cleopas.

En la Eucaristía se encontraban diferentes autoridades civiles y militares. Entre ellas, el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo; la presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez; la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila;  el subdelegado del Gobierno, Jesús Javier Plata; y el teniente general jefe del Mando de Canarias, Julio Salom. Asimismo, participaron en esta celebración, el esclavo mayor del Cristo, Francisco Túbal Morales, junto a numerosos miembros de la Esclavitud y clero.

Monseñor Cleopas comenzó su homilía trasladando un cariñoso saludo de parte de Su Santidad el papa Francisco. El Nuncio destacó que suponía un gozo celebrar el amor de Cristo crucificado, manifestado en la gran devoción a la sagrada imagen lagunera. “Desde la cruz, el Cristo de La Laguna ilumina la vida de los hombres. Me conmueve contemplar la llegada de tantas personas, tanto laguneros como de otras muchas partes, para postrarse ante el venerado crucifijo. Vienen a Cristo que, con los brazos extendidos en la cruz, los acoge, les hace vivir su abrazo y les da entrada en su corazón abierto por la llaga de su costado”.

Por otro lado, Monseñor Cleopas expresó que este gran amor de Cristo se debe aprender en el seno de la familia. “La familia es una iglesia doméstica donde se recibe y se aprende el deseo de salvación unido a la necesidad de amar y de ser amado”. En este sentido recordó las siguientes palabras del Santo Padre pronunciadas en una audiencia general de 2015: “Un corazón habitado por el afecto por Dios convierte en oración incluso un pensamiento sin palabras, o una invocación ante de una imagen sagrada…es bello cuando las madres enseñan a los hijos pequeños a mandar un beso a Jesús o a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en eso! En aquel momento el corazón de los niños se transforma en lugar de oración y es un don del Espíritu Santo”.

En este día en el cual celebramos la Exaltación de la Cruz, el Nuncio destacó que “nuestro deseo de salvación y nuestra necesidad de amar y ser amados, pasa por la cruz. Y esto nos cuesta entenderlo. Tampoco lo entendieron los santos apóstoles. No podían aceptar la idea de que el Mesías tuviera que padecer. No comprendían la idea de un Mesías sufriente”.

Monseñor Cleopas continuó su homilía señalando que solo la fe tiene respuesta para el dolor y la muerte. “Cuanto más grande es el amor, más alto el precio. Porque el amor de Dios para con nosotros es sumo y sin límites, el precio es el más alto posible, esto es, su Hijo único”.

Por último, el Nuncio felicitó a los presentes por esta entrañable fiesta y recordó que el Papa enviaba una bendición muy especial para la Iglesia diocesana y, sobre todo, para los atribulados y enfermos.

Tras la Eucaristía se inició la procesión de retorno de la venerada imagen a su Real Santuario.

2023-09-14T14:40:31+00:00